¡Buenas!
Estos días seguí leyendo libros y artículos y escuchando charlas y conferencias sobre racismo y sus intersecciones con el género y una de las cosas que se critican mucho es esta idea que sale una y otra vez en medios de comunicación y redes sociales (o en el bar o en las cenas familiares) de «yo no veo colores/yo no veo géneros, yo sólo veo personas».
Y es que, aunque este es el objetivo último, ahora mismo eso sólo se puede decir desde una posición de privilegio, si tienes un color de piel (claro) o un género (masculino) que te permite hacerte la ilusión de que esas características no son importantes y pueden obviarse.
Dándole vueltas al asunto me acordé de una frase que me dicen muchas veces en las aulas: «A mí los estereotipos esos de los que hablas no me afectan, porque yo paso de ellos».
Ay, si fuera tan fácil, ¿eh?
Nos gusta pensar que somos libres en nuestras decisiones y nuestra forma de ser, pero vivir en esa ficción no nos ayuda nada… y a nuestro alumnado tampoco.
Así que en el vídeo de hoy hablo de eso, de cómo hacer ver a nuestro alumnado que los estereotipos sí influyen directamente en su vida, a través de un ejemplo muy concreto: el experimento John-Jennifer.
Si te apetece leer el artículo original donde se habla del experimento John-Jennifer, lo tienes aquí (eso sí, está en inglés).
Un abrazo y hasta la semana que viene 🌞,
Laura
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